La organización terrorista Hamas utilizó parte de la ayuda humanitaria que llegó a la Franja de Gaza para construir una vasta red de túneles subterráneos. Los túneles le permiten a los terroristas realizar varios fines: infiltrarse dentro del territorio israelí sin ser detectados por la seguridad fronteriza, moverse de un lugar a otro de la Franja de Gaza, transportar armamento, esconderse y tenderle emboscadas a los soldados israelíes y alojar y trasladar a los rehenes capturados.
Además, al pasar estos por debajo de zonas densamente pobladas, escuelas, hospitales y mezquitas dificulta que sean atacados sin producir importantes daños a la población civil.
La red de túneles es también conocida como el “Metro de Gaza” y tendría más de 700 kilómetros de largo, siendo mayor a las redes de transporte subterráneo de las principales ciudades del mundo.