No. Este término es históricamente asociado con el sistema de segregación racial desarrollado en Sudáfrica entre los años 1948 y 1992.
La Convención Internacional sobre la Represión y el Castigo del Crimen de Apartheid define al mismo como la realización de “actos inhumanos cometidos con el fin de instituir y mantener la denominación de un grupo racial de personas sobre cualquier otro grupo racial de personas y de oprimirlo sistemáticamente.” Estos actos incluyen la negación del derecho a la vida y a la libertad de las personas de un grupo étnico, la imposición deliberada de condiciones de existencia que generen su destrucción, la imposición de medidas que impidan su participación en la vida política, social, económica y cultural del país, medidas destinadas a dividir a la población según criterios raciales, la explotación del trabajo de los miembros del grupo y la persecución de las organizaciones y personas que se oponen al apartheid.

La aplicación de este término a Israel no sólo que es incorrecto sino que además banaliza el verdadero dolor y significado del apartheid sudafricano. En Israel se estima que viven 9 millones de personas, de las cuales aproximadamente 2 millones son árabes, que tienen ciudadanía israelí. Todos tienen los mismos derechos. No hay un sistema de segregación racial contra la población árabe israelí.
Los palestinos de Cisjordania y la Franja de Gaza no son ciudadanos israelíes y están gobernados por sus respectivas autoridades, como la Autoridad Palestina y el grupo terrorista Hamas. Israel se retiró voluntariamente de Gaza en el año 2005 y evacuó a todos los ciudadanos judíos para que los residentes de Gaza pudieran tener autoridad sobre esta zona.